"CIUDADES CREATIVAS"

25 y 29/11/2019

"CIUDADES CREATIVAS"

Durante estos 2 días hemos realizado las exposiciones y entregas de los trabajos...

INTRODUCCIÓN

Ante el planteamiento del tema, leí el libro de Italo Calvino "Las ciudades invisibles" como fuente de inspiración y me hice una serie de preguntas para procesar e iniciar el trabajo, como:

-¿Qué aporta la ciudad?
-¿Qué aportas tú a la ciudad?
-¿Qué quiero transmitir y cómo lo quiero transmitir?


Me apunte un montón de ideas del libro y empezó la fase de iluminación...


IDEA:

La creación de una maleta con distintos materiales, en la que participará el alumnado, aportando alguna pertenencia significativa para él o ella (dibujo, objeto, fotografía…) de tamaño mediano o pequeño junto a unas líneas explicando el porque ha elegido tal elemento y que es lo que lo hace importante, con el fin de construir un medio y una ciudad (real o imaginaria, que está dentro de nosotros, dentro de la maleta sin estar), haciéndose el desarrollo con forme traigan los objetos y los analice, pegándolos, posicionándolos…

Fotografía propia de Laura Qin Garcia Canet

SOBRE EL TRABAJO:


  • Es físico y táctil (ya que va acompañado de unos guantes para que puedas tocar y leer los objetos).
  • Es didáctico, para detenerse y descubrir, como una ciudad.

SIMBOLOGÍA Y SIGNIFICADO (FORMATO Y DECORACIÓN):
  • La maleta es trayectoria, camino, origen y emprendimiento, es el inicio por cumplir un sueño, a buscar una vida mejor, es experiencia y es emoción. Es de donde vienes (lo que eras) y a dónde vas (lo que quieres ser). Y con ello, contiene lo necesario para vivir, lo esencial por lo que es símil de algo que apreciamos mucho y que no podemos vivir sin ese algo, hace conocernos.
  • La huella como la marca que se deja en otras personas y la que ellas te dejan a tí, la interacción con la ciudad y la influencia que tienes en ella y tú en ella.Para hacerlas me he informado de las distintas tonalidades de pieles, sinónimo de diversidad.


Fotografía propia de Laura Qin Garcia Canet

PROCESO:

Me basé en el vídeo de:

Captura de pantalla







Fotografías propias de Laura Qin Garcia Canet

Mientras, iba recogiendo los objetos y los escritos de mis compañeros, que después leí y cree el relato, el cuál por sí solo le dió título a la obra...


HISTÓRIA:

Azaroa igandea (“un domingo en noviembre” del euskera, ya que es una lengua aislada, igual que nuestra ciudad, pero que está en camino de hacerse ver y exponerse al mundo):

Un domingo de noviembre, el hombre divisó una estrella fugaz y la siguió timón en mano (Pablo). Se guio por ella, a través de las relucientes aguas, dejando todo atrás para enfocarse en el nuevo horizonte que tenía ante él porque “por la noche, en esa ciudad no tenemos miedo, es la ciudad que más brilla en el mundo” (Lorena)-eso le dijeron.
Al pisar la arena de la playa, le recibió un búho que le repetía: “Con el tiempo todo se aprende, él te dirá la verdad” (Noelia Elizabet). Y el visitante no entendía muy bien a qué se refería porque a él el tiempo no le importaba (Núria).
Su recibimiento fue un poco extraño, pero al fin y al cabo él también lo era.
Sintió la brisa del mar en su piel, algo que le resultaba muy familiar, pues él pertenecía del mar. Era un aroma del que le gustaría que hiciesen un perfume, para llevarlo siempre consigo (Esther), igual que con la concha que llevaba en el cuello, le recordaban sus orígenes (Sofía).
Entonces, se dirigió a una posada cercana, donde probó por primera vez la maravillosa comida tópica de pollo al curry con caramelo esparcido por encima (Alberto). Así, se fue a la cama tras un viaje agotador y el estómago lleno.

A la mañana siguiente, le despertó el aroma a café recién hecho (Cecilia), pero lo curioso es que provenía de un enorme edificio de acero, que no encajaba con el resto de la arquitectura.
Se dirigió allí, y descubrió que era un enorme museo, lugar en el que encontró un mundo nuevo de arte, algo que también formaba parte de él. De igual manera, coincidió con un extraño que compartía sus mismos intereses. Del ahora conocido, aprendió mucho, como por ejemplo que “cada persona actúa y vive en la ciudad como quiere, sin prejuicios, según su ritmo. Que esta ciudad está llena de música y de todos los estilos” (Jorge Serrano y Jin).
El hombre empezaba a formar parte de la ciudad y se dio cuenta que la gente vivía diciéndose “nos miramos al espejo y si nos sentimos mal con nosotros mismos, sacamos un rímel (Lara) o un pintalabios (Zainap), lo que prefieras, que dibuja sonrisas y nos recuerda quienes somos y todo lo que valemos”.
La figura de Leialak (“leal”, en euskera), nombre del artista del museo, formó una importante parte de su historia, pues cada uno somos protagonistas de la nuestra, como él de la de su nuevo amigo. Se convertirían en mejores amigos, uno del otro,
Desde ese día, el museo se volvió su lugar de encuentro ((Alba Cerdeño).
Como dijo el sabio búho, este amigo nunca le falló (haciendo referencia a su nombre) y el tiempo que pasó con él importó más de lo que él pensaba desde un principio.

Al salir del recinto, se encontraban en la calle “Italia”, a la izquierda de la casa de caramelos (Lucía)y en frente de la Plaza General. Por allí, vieron una boquilla de spray que hablaba y sentía sola (Juan Manuel) y un gato que correteaba y jugaba con su goma preferida (Aitana).
En ese instante, Leialak le explicó que se inspiraba en las vivencias de la gente, de las cuales cada una de sus obras tenía un pedacito de los habitantes con el fin de grabarlas en la mente y ser recordadas (Ariana), como si se tratase de la misma ciudad en la que estaban “pues las ciudades son personas, y detrás de ellas, hay muchas historias que se entremezclan y entrelazan, que están por descubrir. El arte siempre te acompaña, mires donde mires, está en todo tú alrededor” (María Payá).

Nuestro protagonista, bastante fascinado con todo lo que contemplaba pudo comprobar que al mediodía, el bullicio de la gente se hacía inmenso, había mercaderes y turistas de todos los rincones del mundo que llevaban hermosas indumentarias multicolores, tanot que parecían mariposas que aleteaban y creaban tornados.

Y a la tarde, los dos fueron a visitar a un rojo dinosaurio, precioso (Maria Torres), que habitaba en el lago del claro principal del bosque (Blanca y Jose). Otro en cambio, de color metal (Delmira) , se las pasaba en la horilla pensando si entrar o no en el agua.
Jugaron con ellos y les hacían sentir más fuertes, se divirtieron como antesy como si se conociesen de toda la vida.

Cayó la noche y se despidieron.
Cuando acabó el día, tuvo una sensación de felicidad que le recordó a su infancia… Era aquel niño en los brazos de su madre sin problemas de los que preocuparse, inocente, que aprendió a quererse y a querer (Irene).

Con ello, a medida que pasaban los años, construyeron un baúl lleno de vivencias, el cual les recordaba que podían contar el uno con el otro (Laura Alvaredo); conocía más la ciudad y a su gente. Cada día era una nueva experiencia que cambiaba con el tiempo, y tú con ella, avanzamos, nunca nos detenemos por lo que tenemos que elegir lo que queremos ser e ir a por ello (Li), elegir la opción que te haga feliz.

De todos estos recuerdos, a sus 80 años, el hombre se terminó diciendo: “Qué caos más bonito es mi ciudad, venirme aquí es la mejor elección que he hecho en mi vida, muchas gracias a todos por formar parte de ella”.
Nos dejó de este mundo pero vivió una plena vida y así le sucedieron generaciones, repitiendo patrones de relaciones que fluyen por amor de madre, padre, hijos, hermanos, abuelos, nietos…


Fotografía propia de Laura Qin Garcia Canet


HE DE DECIR QUE HE APRENDIDO HA PERFORAR Y ATORNILLAR, Y A DE MÁS, HE CONOCIDO MUCHO MÁS A MIS COMPAÑEROS (EN SUS ESCRITOS, HUBO ALGUNOS CON LOS QUE ME EMOCIONÉ MUCHO Y LLORÉ).

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